Letrad@s

Revista electrónica de la Sala de Lectura del CECUT

29 noviembre, 2006

Presentación del libro Lo peor de ambos mundos. Relatos anfibios, de Mayra Luna


COMUNICADO DE PRENSA

(22)
24 de noviembre del 2006

* Presentación del libro Lo peor de ambos mundos. Relatos anfibios, de Mayra Luna

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Centro Cultural Tijuana, en colaboración con el Fondo Editorial Tierra Adentro, lo invita a la presentación del libro Lo peor de ambos mundos. Relatos anfibios, de Mayra Luna, el jueves 30 de noviembre, a las 7:00 p.m., en la Sala de Usos Múltiples del CECUT.

Mayra Luna, quien se ha destacado más por su labor ensayística, posee una narrativa audaz y contundente:

En momentos como esos yo temía por mi desaparición. Apenas estaba siendo reconocida por el mundo exterior, cuando él quería volverse al encierro. Esto era aún peor para mí cuando durante el paseo no había encontrado a nadie conocido. En ese caso, sacaba mi polvera del bolso y me talqueaba el rostro para asegurarme que, de alguna manera, mi cara permanecía ahí.

En sus cuentos los dilemas existenciales pasan a ser thrillers capsulares que oscilan entre lo fantástico y lo psicológico. Con crudeza perturbadora y una cruel inteligencia, Mayra Luna describe conflictos sexuales y mentales donde los seres arriesgan convertirse en puro lenguaje o en puro cuerpo. Ubicados en una frontera no necesariamente geográfica, los personajes transitan en umbrales que son laberintos emotivos.

En 1990 se creó el Fondo Editorial Tierra Adentro como complemento necesario a la labor de promoción y difusión de la obra de los jóvenes creadores del interior del país que hasta entonces venía realizando la revista Tierra Adentro. Este Fondo Editorial está destinado a la publicación de libros individuales, antológicos y colectivos para dar a conocer nuevas voces y estimular la creación literaria acercándola al público lector de México. El catálogo del Fondo Editorial está conformado por libros de cuento, novela, poesía, teatro y ensayo de autores menores de 35 años.

Mayra Luna es narradora, ensayista y traductora. Nació y vive en Tijuana, donde ha desarrollado una visión crítica de lo entendido como literatura fronteriza o femenina. Publica en revistas como Replicante, La Tempestad, Cross Cultural Poetics (Estados Unidos), Emeequis, Literal y Textos, entre otras, así como en la página electrónica www.mayraluna.blogspot.com. Está incluida en la antología de cuentos fronterizos Border Pop (SM) y en la antología de ensayistas El hacha puesta en la raíz. Ensayistas mexicanos para el siglo XXI (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2006). Es maestra en Psicoterapia Gestalt y se desempeña en la docencia y la práctica privada.


Con el propósito de continuar impulsando la creación literaria en todas las regiones del país, el Fondo Editorial Tierra Adentro presenta sus nuevas ediciones en las que autores y obras jóvenes dan cuenta de la diversidad y la vitalidad que caracteriza a las letras mexicanas del nuevo siglo.

La entrada a esta presentación es gratuita. Para mayor información sobre nuestras actividades consulte www.cecut.gob.mx, o comuníquese al 6879636 y 37.

21 noviembre, 2006

Cantos para una muerte diminuta



COMUNICADO DE PRENSA

(22)
23 de noviembre del 2006

* Presentación del cuaderno de poesía Cantos para una muerte diminuta.

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Centro Cultural Tijuana, en colaboración con Poeta No-Lugar, lo invita a la presentación del cuaderno de poesía Cantos para una muerte diminuta, con la participación de sus autores Mario Alonso, Jeanne Karen y Armando Adame, el martes 28 de noviembre a las 7:00 p.m., en la Sala de Usos Múltiples del CECUT.

Cantos para una muerte diminuta es una carpeta de poesía realizada en los talleres de SERIARTE de San Luis Potosí, que cuenta con un tiraje de 60 ejemplares, seriados y formados en un papel que le da una textura muy adecuada a cada uno de los seis poemas y las ocho serigrafías que los conforman. Los realizadores de las serigrafías son obra de Jesús Ramos, Rosa Luz Marroquín y Salvador Castro.

La carpeta contiene poemas que van desde lo erótico hasta una propuesta más interiorizada. Este cuaderno nos ofrece la oportunidad de iniciar un recorrido por la poética y la plástica realizada en tierras potosinas.


Nos quedaba muy poco de la tarde
cuando descubrí
las posibilidades eróticas de tus pies.
(Armando Adame)

Eres todo y te digo no
¿Por qué la nada te atrae
hacia su ojo vacío?
(Jeanne Karen)

Hay quien esconde historias que los demás regalan
hay de mí, ni terso ni edecán decoro
Hay las necias alamedas por el fondo de su cuerpo
(Mario Alonso)


Con este tipo de presentaciones el Centro Cultural Tijuana se suma al esfuerzo por fomentar la lectura a nivel local y nacional.

La entrada a esta presentación es gratuita. Para mayor información sobre nuestras actividades consulte www.cecut.gob.mx, o comuníquese al 6879636 y 37.

Presentación de la carpeta de poesía y grabado con la presencia de los poetas potosinos Mario Alonso y Jeanne Karen.

Sala de Usos Multiples
Martes 28 de Noviembre de 2006
7:00PM Entrada Libre

Taller de Poesia
Con los poetas potosinos Mario Alonso y Jeanne Karen
Del 29 de Noviembre al 1 de Diciembre de 2006
6:00 a 8:00 PM
Entrada Libre
Café Casa de la 9

El programa Leo…luego existo dará oportunidad a actores locales


COMUNICADO DE PRENSA

(15)
17 de noviembre del 2006


* El programa Leo…luego existo dará oportunidad a actores locales.

Taydé Sánchez leerá cuentos de Teresa Palau y Ramón Betancourt.


El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Centro Cultural Tijuana, invita a disfrutar del programa de lectura en voz alta Leo... luego existo, con la participación de Taydé Sánchez, el jueves 23 de noviembre a las 7:00 p.m., en la Sala de Usos Múltiples del CECUT.

En este ocasión Taydé Sánchez leerá uno de los cuentos del libro Mujer que traga silencio o sueño del deseo de Teresa Palau y Flores en la ventana de Ramón Betancourt.

El programa Leo…luego existo, se abre a partir de este mes para actores de la región, como parte de los esfuerzos de la Coordinación de Artes Escénicas del CECUT destinados a permitir una mayor participación de los artistas locales.

Este programa consiste en sesiones de lectura en voz alta, y se ha llevado a cabo en el CECUT desde hace dos años con la participación de actores provenientes de la Ciudad de México con la finalidad de promover la lectura.

Taydé Gabriela Sánchez Olmos es licenciada en Lengua y Literatura de Hispanoamérica por la UABC, Campus Tijuana. Ha participado en diversos cursos y diplomados: Curso de animación a la lectura “La lectura secreta” con Rodolfo Castro, impartido en CECUT (2006), Curso de utilización y manejo de recursos electrónicos bibliotecarios por la Biblioteca “Benjamín Franklin” (2005), Diplomado en Teoría y Crítica teatral por la Universidad Autónoma de Baja California (2004), Curso “Mis vacaciones en la biblioteca 2002” por la Dirección General de Bibliotecas Públicas (2002), Curso de fomento a la lectura por CECUT (2002), Taller de títeres gigantes impartido en CECUT por los talleristas de “Planeta Azul” de Ensenada (2002), Curso de fomento a la lectura impartido en UABC Mexicali por parte de la editorial Alfaguara Infantil (2001) y el Curso “Mis vacaciones en la biblioteca 2001” por la Dirección General de Bibliotecas Públicas (2001). Se desempeñó como Instructora en Iniciación artística en el Centro Cultural de Tecate (CECUTEC, 1998-2000), tallerista del programa “Encaminarte” del campamento de verano del CECUT (2002), profesora de Literatura en el Centro de Humanidades (2001-2003), auxiliar de biblioteca en la Biblioteca Pública no. 2 “Ignacio Zaragoza (2001-2003). Actualmente se desempeña como referencista y encargada de publicaciones periódicas en la Biblioteca “Luis Fimbres Moreno” de Cetys Universidad, Campus Tijuana, además de prestar sus servicios como profesora de literatura y asesora en dicha institución.

Leo… luego existo es un programa mensual permanente del Centro Cultural Tijuana, un esfuerzo por promover la lectura y convocar a futuros lectores a disfrutar de grandes obras literarias, asimismo ofrece una oportunidad para difundir el talento de los artistas locales.

La entrada a este evento es gratuita. Para mayor información comunicarse al 6879636 y 37, y www.cecut.gob.mx

Fotos del IV Festival del Noroeste

Inauguración Lic. Jesús Flores Campbell, Lic. Teresa Vicencio Álvarez y Lic. Gerardo Campillo

Fusión de realidades. Sesión 1

Fusión de realidades. Sesión 2

Coctel de Bienvenida

Coctel de Bienvenida - Discos Invisibles

Coctel de Bienvenida - Acanto y laurel

Fusión de realidades. Sesión 3

Cartel IV Festival de Literatura del Noroeste

Cóbraselo Caro - Mtro. Gabriel Trujillo y Mtro. Élmer Mendoza

Fusión de realidades. Sesión 5

Taller de Narrativa Corta

Fusión de realidades. Sesión 7

Autores participantes

Fusión de realidades. Sesión 8

Emma y Karla comentando

Javier González y Hugo Medina

La crítica de la Literatura del Noroeste y Noreste

La duración de los empeños simples- Raul Manríquez, Mtro. Daniel Sada y José Juan Aboytia

La literatura del Norte y sus proyectos independientes

Las inexistentes fronteras de la literatura actual. El norte un novedoso compromiso de escritura en México- Diana Palversich y Álvaro Enrigue

Lic. Olga Angulo y Mtro. Élmer Mendoza

Mayra Luna y Rafa Saavedra

Mtra. Norma Iglesias y Dr. José Manuel Valenzuela

Mtro. Gabriel Trujillo, José Javier Villarreal y Eve Gil

Mtro. Eduardo Antonio Parra y Mtro. Élmer Mendoza

Mtro. Eduardo Antonio Parra

Premiación de Karla Muro Aréchiga - Ganadora del Concurso de Cartel del IV Festival

Público asistente

Público asistente

Público asistente

Público asistente

Público asistente

Público asistente

Público asistente

Público asistente

Público asistente

Rafa Saavedra, Juan José Rodríguez, Jesús Marín y Omar Pimienta

Staff


15 noviembre, 2006

IV Festival - Blogs de autores

www.casimposible.blogspot.com -Manuel Llanes
www.amarantacaballero.blogspot.com – Amaranta Caballero
www.gutierrezvidal.tk –Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal
www.s€upercluster.blogspot.com - Claudia Algara
www.mamoncada.blogspot.com - El gran ausente: Ernesto Moncada
www.la-trenza-de-sor-juana.blogspot.com - Eve Gil
www.rafadro.blogspot.com - Rafa Saavedra
http://ladoncelladilatada.blogspot.com - Minerva Reynosa
www.eve-gil.blogspot.com – Eve Gil
www.trujillo.blogspot.com – Gabriel Trujillo
www.kameliezarzamora.blogspot.com - Karla Mora
http://akurtz.blogspot.com - Alejandro Espinoza
www.abrilcastro.blogspot.com - Abril Castro
www.mayraluna.blogspot.com - Mayra Luna

14 noviembre, 2006

Del libro inédito Pretextos para una literatura inadjetiva

Del libro inédito Pretextos para una literatura inadjetiva


Cine familiar
El protagonista de la película se pone una gabardina. El papá piensa: es detective. La mamá: es escritor. La niña piensa: le dio frío.


El hombre lee para preguntar: Franz Kafka
¿Qué hombre? ¿Qué lee? ¿Qué pregunta? ¿Quién es Kafka?


El nacimiento de un perro
Buñuel decidió terminar la escena, grito: ¡Corte! La actriz confundida tomó la navaja y rasgó el ojo de su compañero actor. Después Buñuel despertó de su sueño.

Himno
Leer la Ilíada de Homero es toda una odisea.


Colgados en la plática
Un murciélago le enseña al otro la herida que se hizo, el otro se desmaya al ver la sangre.
Así fue
Sobre mi cadáver, dijo el hombre que estaba a punto de morir.


Final para la cama
Y entonces El lobo, Caperucita y La abuela decidieron formar un trío. A veces invitaban al leñador.


Dilema
El mercenario atraviesa por una crisis financiera, se entera de un trabajo, ofrecen una buena cantidad por su cabeza.


País de los cominos
En el país de los cominos todo es importante.


El más exigente de los detectives
El detective reconstruye tan exacta la escena del crimen que ahora tiene dos cadáveres.


Fumaba como enano
Su ángel de la guarda fumaba puros uno tras otro, por eso al pequeño le dio asma.


¿Novela, relato, cuento o qué?
Cuando despertó el dinosaurio, Monterroso todavía reflexionaba sobre la extensión de la historia.


Algo así, Kafka
El niño interrogó al padre después de sacar los cuadernos de la escuela.
- Papá, en la escuela me dejaron de tarea que investigara... algo llamado Kafka, ¿tú sabes qué es?
El padre quedó pensativo.
- ¿Algo llamado Kafka? Creo era una cucaracha que encerraron en la cárcel.
- ¿Pero cómo? ¿Por qué?
- Es que antes era escritor o algo así.




Prótesis ilustre
Entonces el Príncipe encontró a la Cenicienta, pero a ella le tuvieron que amputar el pie, debido a un hongo maligno que le contagió la zapatilla al ser probada en miles de mujeres.


El instalador
El hombre del cable se da a desear, quedó ayer en llegar a las cinco de la tarde y no estuvo aquí. Quedó en llegar hoy a las cinco de la tarde y tampoco estuvo aquí. Pactamos otra cita. En quince minutos llego, dijo.
Alguien toca la puerta, es él. Primero entra su panza, luego su herramienta. Por fin esta noche dormiré viendo más de 80 canales.












El amor
Clasificación C
La agarró del cabello tirándola a la cama. Ella excitadísima buscaba su bragueta. Le arrancó la blusa y el brassier. Ella se dejaba. Métela, qué esperas. Le reclamó. Muérdeme, déjame marcada. Él entró. Lo hacían sin delicadezas, sin pudor.

Sólo para adolescentes y adultos
La tomó del cabello para acostarla en la cama. Ella trataba de quitarle el pantalón. La ropa quedó esparcida. Le dijo: Hazme el amor, bésame en todas partes. Se entregaban al deseo de su pasión.

El siguiente texto ha sido modificado de su versión original
para que sea apto a todo público
Se despojaron de su ropa e hicieron el amor.










Casi el abecedario
Z le cuenta a Y: “A y B se conocieron gracias a C, ya que D organizó una fiesta en la casa de E, vecino de F por el cumpleaños de G y H, que no eran hermanos, simplemente coincidió, igual que I pero ese día no fue. Quien sí estuvo era J, K, L, y M que se la pasaron muy bien sin N y Ñ. También estuvo O que se sorprendió cuando P le confesó que Q odiaba a R, y que S congeniaba con T. Además U se la pasó tomando con V. W no ingirió bebidas alcohólicas. Al último llegó X pero nadie la peló”. ¿Y para qué me cuentas esto? Es que mañana hay una reunión y vamos ir todos ¿Quiénes son todos? Pues A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L, M, N, Ñ, O, P, Q, R, S, T, U, V, W, X, tú y yo.

La imaginación bifronte en narrativas norteñas: reescritura del cosmopolitismo y la nación - Jungwon Park

1.
En El jardín de senderos que se bifurcan, Borges da cuenta que cuando uno elige un camino, se encuentra totalmente diferente de lo que hubiera tomado el otro. Es decir, una decisión de cada momento le lleva distinta temporalidad en el mismo lugar no teniendo otra experiencia al mismo tiempo, puesto que el tiempo es irreversible y transitorio.

Sin embargo, la globalización nos reta a vivir simultáneamente junto con diversas temporalidades. Es por eso que no se puede pensar un local sin considerar fenómenos contemporáneos al nivel mundial. Cada lugar se convierte en encrucijada donde transcurren múltiples dimensiones conforme a la posición localizada en el mercado mundial y a la demanda del capital multinacional.

La zona fronteriza parece que esta tendencia está actualizada en manera altamente marcada y delirante por su condición geopolítica. En este sentido, el noroeste mexicano se ha denominado como laboratorio de la nuestra contemporaneidad, en particular, el laboratorio de “postmodernidad”. Lo que vimos, pero, es la alta presencia de la soberanía estadounidense: el reforzamiento del muro con alta tecnología, la discriminación ante los migrantes en nombre de la seguridad nacional y guerra contra terrorismo, los cuales se niegan a definir nuestro tiempo como post nación, sino que aun vivimos bajo el sistema del estado-nación con la distribución desigual del poder entre los países, relacionado de manera en plena complicada con la capital global.

Por otro lado, como argumenta María Socorro Tabuenca Córdoba como “two borderism”, el norte ha sido representado como el límite, margen, desde la perspectiva centralista que le imponía disciplina del nacionalismo suponiendo que la gente norteña es la menos mexicana que los otros. En el discurso de mexicanidad, no deja de ser un fragmento sospechoso que debe ser integrando dentro de la unidad. A pesar de pertinencia al territorio mexicano, no se encasilla completamente dentro del discurso nacional, por la cual sería distinta de los cánones que representan identidad colectiva su nacionalismo como percepción o (in)consciencia para conllevar su propia comunidad imaginada.

En este sentido, el norteño más bien lleva carácter específico y singular como márgenes de los ambos lados: impactado por la militarización del muro, por uno lado; enajenado por la centralidad de Nación mayúscula, por el otro. Se han destacado diversos problemáticos así como migración, maquiladoras, violencia, entre ellos, antes que se materializan en otras partes del mundo. Entonces, ¿cómo se definiría la imaginación cultural y popular de esta región?, y ¿en qué manera se concibe en las narrativas?

Para comprender esta zona fronteriza, hay que tener en cuenta que el mundo moderno siempre ha sido tanto nacional como internacional, lo que genera la fusión de los elementos bastante heterogéneos y, al mismo tiempo, conflictos y tensiones entre ellos. De esta manera la región noroeste no es punto bifurcado sólo a lo nacional, ni al internacional, sino que concibe ambas imaginaciones como lugar de convergencia exhibiendo la dimensión tanto global como local simultáneamente, lo que enfrenta conceptos tradicionales, modificándolos y transformándolos en el cartografía transnacional.

Al respecto, voy a argumentar obras de Élmer Mendoza, Humberto Crosthwaite entre narrativas norteñas con el tópico de cosmopolitismo y nación: son ideas contradictorias e incluso opuestas, sin embargo paradójicamente han coexistido y sido considerados como conceptos nuclearios a lo largo del mundo moderno. Bajo las situaciones mencionadas, lo que me interesa es cómo se convergen o divergen las dos ideas en la narrativa norteña, y cómo los configuran en sus imaginaciones.

2.
El cosmopolitismo expresa el ideal del mundo global en donde los ciudadanos puedan hacer viaje más allá del territorio de su local y país sin problema, así que la ciudad se convierte en espacio para toda la gente que viene de distintos lugares. Ante el concepto clásico del cosmo-polis, El amante de Janis Joplin de Élmer Mendoza da cuenta de la sombra de esta travesía: a través de recorrer al llamado mundo narco, las realidades transnacionales del norte mexicano a Los Ángeles se presentan como entidad de violencia tanto del Estado como de los narcotraficantes que emergen como nuevo poder institucional. Por ello pone de relieve el “miedo” como elemento fundamental del mundo contemporáneo. A su vez reproduce el terror en la vida cotidiana, lo que revela la terrible jerarquía ocultada en la metáfora de ser ciudadano a quien se le supone admitir cualquier viaje, en donde los sujetos, de hecho, se les imponen hacer fuga como los extraterrestres abandonados y desamparados por todos los lados.

Con el toque del humor negro y de la subcultura, Mendoza contradice la “vida desnuda” con el “ciudadano mundial”, de manera que sus aventuras peligrosas, en realidad, no son otra cosa que la vulnerable cotidianidad con la cual se le atrapa al sujeto en la telaraña del riesgo de ser Otro inclusivamente exclusivo entrando y saliendo del flujo de la violencia, y a la vez esa subjetivización hace del mundo que no se explique con la historia oficial del sistema legal.

No cabría duda de que su imaginación es periférica, pero no en el sentido de comparación con el centro, sino más bien, más allá de la relación dicotómica entre centro y periferia, EEUU y México, la novela logra configurar el mapa periférica cruzando la frontera desde la perspectiva de la vida desnuda: o sea otra forma geocultural del transnacionalismo.

Este mapa, a contrapelo de él de los turistas con pasaporte o papel, cuestiona la trayectoria del cosmopolitismo de manera implícita: a pesar de su ideal, el cosmopolitismo no deja de haber sido un proyecto universal que escribe e involucra una comunidad desde arriba sin tomar en serio realidad heterogénea de la sociedad civil. El viaje, mejor dicho el fuga, de un muchacho sinaloense insinúa su límite reconfigurando el mapa de las realidades con rescate de las heterogeneidades sociales.
3.
Por otro lado, las ideas de identidad y las reflexiones de identificación nacen “fuera” al encontrar el Otro fuera de su grupo o comunidad. En este sentido, experiencia tanto imaginaria como real de “cruce y regreso” genera nueva sensibilidad y conciencia con las que se construye y reconstruye su identidad personal y colectiva. Crosthwaite, a través de devenir fronterizo, se ha considerado como uno de los primeros autores que se dedican a configurar nueva imagen de la comunidad y su gente, en particular especializado a clase popular.

Primero, la represtación del lenguaje pone las normativas en crisis y busca un nuevo canon lingüístico que corresponda a su vida cotidiana. Barrios, clases, idiomas y formas de nombrar y apropiarse del mundo como cholos, yuniors, chota, cholas adjudican elementos características de su propia cultura como proceso de identificación. Dentro de su barrio, a pesar de identificación idiomática, cada persona se aislada de los otros sin dejarle que tenga comunicación con ellos, y su lenguaje común no logra cristalizarse al grado de deseo comunitario. Entonces, debido al odio y discriminación entre ellos, la comunidad de los cholos que por lo visto parece homogénea, pero que en realidad es contradictoria con carencia colectiva vulnerable.

La única chispa que ha hallado para tener y poseer en común llega con el impacto causado por la muerte de una muchacha del barrio después de la violación por un muchacho gringo. La novela se desarrolla a través de la reacción y venganza por el protagonista y la defensa colectiva para él como los cómplices ilustra la identidad condensada por incesante amenaza en la fuerza exterior y por la ignorancia por su institución. El proceso de llegar a conclusión incluye violencia de manera dura y brutal, sin embargo, lo que me llama la mucha atención es el modo omiso de narrar en el que ese asunto se describe tibia y opaca a la manera que cada acto y diálogo se presentan fragmentados y destrozos. Por esta razón, la novela, a pesar de mostrar la sensación solidaria, no logra llegar a un momento unitario, y así se termina sin insinuar ninguna potencial del futuro.

La nación moderna, como la “comunidad imaginada” argumentada por Benedict Anderson, supone una identidad unitaria impuesta a través de homogeneización y su hegemonía en su sociedad. Por ello, se ha mantenido el incesante proceso de inclusión y exclusión dentro de la comunidad. Ante la circunstancia en que se expone a la exterioridad estadounidense, Gran Preténder da cuenta de hambre y deseo de reconstruir el barrio como su identidad colectiva, la cual pone de relieve que el ser no remite a la esencia, sino a la relación. No obstante, a la vez, implica que su intento resulta fracasado y, por fin, imposible de hacerlo sólo dejándole las huellas de su lenguaje incomunitaria y memoria fragmentada. Por la misma razón, en cambio, profundiza el problemática de la identidad periférica e ilustra una comunidad no confundida con uniformidad, digamos que una comunidad hace bascular las paradojas de la igualdad y de la diferencia, de la interioridad y de la exterioridad, de la transparencia y de la opacidad.

Para terminar, quisiera recordar la condición norteña: la periferia de doble sentido tanto por la soberanía estadounidense como por el centralismo mexicano, lo que le empuja engendrar fuerzas que puedan reinterpretar el proyecto universal de los ambos y llevarle a concebir nuevas imaginaciones.

Los textos del IV Festival de la Literatura del Noroeste



Elmer mendoza: escritura tremenda y perdurable - Gabriel Trujillo Muñoz


El norte de México ha dado, desde principios del siglo XX, una cosecha interminable de narradores de toda clase y especie. Más allá de catalogaciones simplistas y de críticas desdeñosas, nuestros literatos han sabido unir la memoria de su entorno con la conciencia de los tiempos en que viven, de los espacios que imaginan y hacen suyos a través de sus relatos de ficción.

Ahora, en este siglo XXI, en esta democracia mexicana sin pies ni cabeza, el norte se ha vuelto una realidad literaria que dicta muchos de los rumbos creativos, temáticos, de la narrativa mexicana más intrépida y feraz. Por eso no causa sorpresa que tantas cosas, la mayor parte prejuiciosas y sin argumentos válidos, se hayan dicho de la nueva hornada de autores norteños. En la crítica nacional ha imperado una visión centralista que niega que haya cultura más allá del ombligo hegemónico de la capital de la nación.

Lo que habla, en suma, de una falta de referentes reales cuando se habla –o estudia- a una literatura en la que destacan Elmer Mendoza, Alfredo Espinoza, David Toscana, Eduardo Antonio Parra, Hugo Valdés, Luis Humberto Crosthwaite, Imanol Caneyada, Eve Gil, Alejandro Espinoza, César Ibarra, Julián Herbert, Esthela Alicia López Lomas, entre decenas de otros creadores que viven y escriben desde el norte del país.

Todos estos escritores han demostrado, con creces, que el espíritu del septentrión
mexicano no es un simple reflejo de las realidades que experimentan o de la geografía que los rodea, sino que sus obras están ubicadas en la tierra fértil del lenguaje, que sus textos son una amalgama que sinergiza los hallazgos de nuestra literatura con la imaginación que rompe con las limitaciones localistas y resuena, con fuerza y amplitud, desde lo universal de su discurso, desde la pertinencia de sus tramas y personajes, creando así un corpus de novelas y relatos que exigen ser leídos en sus propios términos: sin subterfugios ni condescendencias.

Tal vez por eso la obra de Elmer Mendoza, un narrador sinaloense internacionalmente reconocido, es una relectura de nuestros miedos más profundos, de nuestras sinrazones más públicas, una aproximación novedosa, franca, norteña al fin, a los mundos que nos acosan desde las fronteras de la vida y la muerte, del amor y el rencor, de la ambición y la violencia.

En su trayectoria como novelista, Elmer Mendoza ha acudido a las piedras miliares de nuestra enorme tradición literaria, ha exhumado las obras de sus antecesores en el arte del relato épico e intimista al mismo tiempo. Ya sea la novela picaresca a la Fernández de Lizardi, la novela policíaca a la Rafael Bernal o el canto en susurros a la Juan Rulfo, Mendoza ha sabido ir más allá de sus modelos, ha logrado explorar hacia lo hondo, hueso adentro, penetrando las raíces de los múltiples Méxicos que hoy somos, de los enconados conflictos que envenenan nuestro ser-aquí-en-el-mundo.

Cóbraselo caro (2006) es, ante todo, una novela que más que ajustar cuentas con el pasado se yergue como una narración que sube la apuesta literaria de uno de los novelistas más fascinantes de la literatura nacional, pues Elmer Mendoza, como él mismo lo ha dicho, es un escritor tranquilo, con los pies en la tierra.

Y Cóbraselo caro es una novela que abre ventanas para vernos, de cuerpo entero, en nuestro amasijo de pretensiones y padecimientos que nos agobian, una novela que nos permite observar, con inusitada claridad, este llano en llamas en que vivimos nuestras vidas, esta fosa común donde todos parecemos verdugos de nuestros semejantes, donde nadie está a salvo, ni siquiera los muertos.

Literatura que sufre, sí, pero que también libera. Literatura oscura, sí, pero luminosa en el fondo. Luz del Norte: tremenda y poderosa como ella sola, perdurable como siempre.

Quebradita con advertencia - Álvaro Enrigue

Quebradita con advertencia
Álvaro Enrigue

1. El Norte al parecer sí existe
Voy a empezar con una palabra prohibida, pero creo que legítima en contexto: el Centro. En el centro del país estaba corriendo el rumor, desde unas semanas antes del inicio de este Festival Literario de Tijuana, de que lo que se iba a discutir era la existencia o no de la literatura del Norte. La idea me sorprende y me recuerda a una de Borges, que decía que aunque por los años cuarenta porteños todo el mundo decía que la extraordinaria Amalia de Mármol era ilegible, él la había comenzado un viernes y la había terminado un domingo, lo que significaba que, ilegible, no era. Así, montado en los hombros de ese gigante ciego, yo puedo decir que hay un Norte de México y unos escritores que viven y escriben ahí, de modo que definitivamente la Literatura del Norte sí existe.

Está también la cuestión, en la que apenas ayer me insistió un editor prominente, de la Literatura del Norte sea solamente un fenómeno mercadológico, como si el mercado no hubiera gobernado los destinos literarios desde siempre: la narrativa es un arte eminentemente pequeñoburgués, que se ha regido siempre por las leyes del mercado y nunca por las del arte, que creo que no existen: el chiste del arte es, precisamente, que no tiene leyes; funciona de maneras misteriosas. Lo que es administrable es su consumo, que está, precisamente, ligado a las leyes del mercado: alguien escribe un libro y alguien lo lee. Si funciona, otros también lo leen y varias familias vivien de él. Si hay otros libros que se le emparienten por cualquier razón, se crea un género: la literatura del Norte, por ejemplo.

¿Es escandaloso lo que estoy diciendo? No lo creo. En todo caso puede ser entendido como cínico en el mejor sentido de la palabra: verdadero a palo seco. Durante el siglo XIX Occidente padeció –pensemos en el Cristo buscando a Dios en el célebre poema de Jean Paul-- una crisis metafísica brutal que no ha terminado de resolverse y la desesperante soledad en que esto nos ha sumergido condujo a suponer que el arte podría suplir a Dios. De ahí las nociones románticas y posrománticas que concibieron a la Nación –el dios laico-- como indisputablemente ligada a la producción artística de una región y, sobre todo, a esa barbaridad del “arte por el arte”: la inopinada y ridícula abolición de las cualidades morales de la creación artística. Por favor: contar siempre es moralizar, ejemplarizar, para ponerlo en términos cervantinos.

2. México terminó siendo una quebradita
Lo que habría que discutir, entonces, no es la existencia de la literatura del Norte, sino las condiciones que permitieron su surgimiento como género. Aventuro una hipótesis: ante la disgregación del extravagante concepto de una nación mexicana homogénea y sólida, lo que quedó fue el Norte, algo que, por factores culturales ajenos en idéntica medida a los norteños y a la industria editorial asentada en el Centro del país, se terminó identificando con la antigua noción de México, una palabra que tenemos que aprender a usar con cuidado, en caso de que de verdad queramos utilizarla.

Al menos desde la Revolución de 1910, el Norte ha estado intensamente presente en las letras nacionales. La Novela de la Revolución Mexicana puede ser leída como una crónica de la primera embestida de los norteños en la parte neurálgica del país. La Revolución –hoy increíblemente negada por un presidente que, alas, usa botas vaqueras— permitió por primera vez y gracias a los trenes militares, dimensionar esa cosa rara inventada por Juárez, que durante el siglo XIX había sido la Patria. Alzarse contra la injusticia era, en buena medida, apoderarse del Centro. Sobran las crónicas de ojos pelados en que los periodistas chilangos ven aparecer en sus estaciones a creaturas de sombrero de alas amplias y pantalones gruesos de algodón en plan de gobernar a los catrines de zapatos y pantalones de lana. Hay que decir en el honor tan zaherido de la ciudad de México, que aunque con trabajos, les dió la bienvenida: Lo que Álvaro Obregón vió como la cesión de derechos de una meretriz, era en realidad la aceptación de un modelo distinto: los caudillos del Sur no habían funcionado, tal vez los del Norte tuvieran más éxito. El águila y la serpiente de Guzmán cuenta esa historia; La sombra del caudillo, la de la improbable negociación que le permitió a la gente de acento curioso imponer sus usos y costumbres en el Centro, su sensación de ser por completo ajenos al contexto en que controlaban el país, y la idéntica sorpresa de los chilangos –que encontraban rarísimos a los generales en Cadillac-- frente a ellos. Entonces se admitió una identidad nacional negociada: Ay… Jalisco.

No voy a hablar, porque es un hecho discutido y que viene poco al caso, de la manera en que los corridos se transformaron en canciones de mariachi y todos los mexicanos en rancheros del bajío y los altos de Jalisco. La ciudad de México siempre ha funcionado, más que como una capital, como una metrópoli: diseña un discurso y lo importa con idéntico vigor a Colombia o los Estados Unidos que a Veracruz o Tamaulipas –a menudo con la gratitud de los jarochos y los tamaulipecos, cómodos con la noción de pertenecer a algo más grande. Baste recordar que “Allá en el Rancho Grande” generó una imagen funcional que administraron por partidas idénticas la alta y la baja cultura: durante la mayor parte del siglo XX los mexicanos fueron Luis Aguilar fingiendo ser jaliciense en una pantalla en blanco y negro y los escritores esenciales fueron Yánez, Rulfo o Arreola, que fueron registrados como algo jaliciense y por tanto mexicano a un nivel elemental, a pesar de que los tres escribieron sus libros clave en el Distrito Federal, los editaron y distribuyeron desde ahí, y, vistos a la distancia, esos libros eran muy remotamente jalicienses: había cierto imaginario compartido, pero los tres dialogaban, en realidad, con las literaturas griega y latina, con la inglesa o la francesa, y no con el terruño, que apenas les había ofrecido un paisaje: los libros, se sabe, no son sobre el mundo; son sobre otros libros.

Y aquí viene el punto al que quería llegar desde el principio: en 1968 se quiebra definitivamente el pacto entre el Estado totalitario emanado de la Revolución y la sociedad que creía a pie juntillas que se le había hecho justicia. Los años del Milagro Mexicano –con su extraordinario crecimiento económico del cinco o seis por ciento anual -- produjeron una clase media –una pequeña burguesía-- con aspiraciones cosmopolitanas, ingresos razonables y las libertades políticas de, digamos, los tibetanos: una teocracia regida por un clan cerrado y necio, oprimido por una jerarquía militar. El modelo de cohesión nacional que había funcionado durante cincuenta años hizo agua por todas partes: toda una generación, belicosamente dispuesta a demandar que le cumplieran lo que le habían prometido, encontró el nivel de competencia del régimen político: el lugar donde el gobierno tenía la flexibilidad de un tolete.

Tengo la impresión, que les suplico que acepten como hipótesis, de que México fue una cosa que existió solamente entre Juárez y Díaz Ordaz. Era algo en lo que la gente creía, que le enorgullecía, con lo que se identificaba: el águila, la serpiente, Pedro Vargas con su carota de gachupín y su sombrero de brillos plateados.
A partir de la matanza de Tlatelolco –un fenómeno tan nacional como la Revolución en el sentido de que las víctimas venían de todos los rincones del país—el imaginario nacional reventó completo y tardamos años en volverlo a sustituir, tan trabajosamente como le hicieron nuestros bisabuelos para inventar el mundo charro de la época de oro del cine y los priístas.

¿Alguien aquí fue niño durante los años setenta? Déjenme que les cuente como eran las cosas, aunque ahorita ya las hayamos suplido con la memoria selectiva de la moda retro. En México no había azúcar, no había aluminio, no había leche. Como en La Habana de los años noventa, se hacían colas infinitas y madrugadoras para conseguir una ración de esos productos. La luz también estaba racionada, como el agua: había cortes programados. Las Chivas perdían todos sus partidos. Las estaciones de radio pasaban sólo música en inglés y los promocionales eran en la misma lengua. Alfonso González Iñárritu, que tanto nos honra últimamente con sus premios para México en Cannes, dirigía una estación de radio que se llamaba Dobleiu Ef Em, en la que los locutores, se los juro, hablaban en inglés entre sí y con los radioescuchas, que no lo hablaban. Éramos una nación sin autoestima ni identidad; un moridero denacos que no hablaban bien la lengua que querían hablar.

Las sucesivas crisis políticas y económicas de los años setenta, ochenta y noventa, no hicieron más que aumentar el malestar: las clases ilustradas estuvieron cada vez más limitadas y las bajas definitivamente imposibilitadas para cualquier clase de movilidad que no fuera perder el empleo malpagadísimo que ya tenían. Hubo un momento terrible en que hasta los países más pránganas de América Latina eran democracias y nosotros seguíamos siendo tibetanos con credencial del sindicasto de Pemex.
Entre 1988 y 1994 la crisis de identidad del país terminó de tocar fondo: votamos por Cárdenas y nos dieron a Salinas, nos integramos al Tratado de Libre Comercio y los zapatistas nos enseñaron que éramos –nosotros, carajo, la raza cósmica itself— el país más racista y cerrado del mundo: se hablaban más de 70 lenguas en nuestro territorio, había más culturas que cucarachas en un departamento de Coyoacán, hablar una lengua autóctona seguía siendo un handicap irremontable, compartido por siete millones de personas que, de haber tenido 180 pesos, serían ciudadanos con derecho a un pasaporte escrito en una lengua que no entendían. Decir que somos racistas hoy nos parece obvio; el 31 de diciembre de 1993 todavía no lo sabíamos; nos creíamos de verdad mestizos y vasconcelistas.

Entonces apareció el Norte, una región ignorada porque pensábamos, con Reyes –norteño, por cierto— que donde empieza la carne asada termina la cultura. Ahí se dieron los primeros actos de resistencia política exitosos; ahí se registró el primer periodismo cien por ciento libre, ahí comenzó a funcionar, aunque muy limitadamente, un modelo económico que sólo oprimía a la mayoría y no a la mayoría absoluta, como en el Centro. Los Tigres del Norte, con sus historias fabulosas de narcos y borrachos, sustituyeron al igualmente insoportable mariachi; las camisas de cuadros y los jeans –exhibidos como moda digna por primera vez en las películas de traileros, y judiciales y narcos— fueron ocupando el territorio vacío de charros y repleto de fantasmas de la identidad nacional.

Fue así como se aglutinó en torno a ustedes que están sentados tan cómodos en sus sillas, la nueva, fragilísima idea de la nación mexicana. Los mexicanos sin pedigrí que horrorizaban a Octavio Paz a fines de la década de los cincuenta terminaron siendo el territorio común entre los chiapanecos y los bajacalifornianos.
Nos definimos por oposición: si nuestro inglés no era tan bueno como el de González Iñárritu, era suficiente para llamarle trocas a los camiones y morras a las chavas. Todos éramos Norteños.

En ese contexto surgió el fenómeno mercadológico y pequeñoburgués de lo que ahora llamamos Literatura del Norte –un término, por cierto, definido por una situación geográfica relacionada, otra vez, con el centro-- y que cuando empezó a funcionar en el resto del país llamábamos, aunque ustedes no lo crean, y por culpa de mi admirado amigo Daniel Sada, neo barroco.

¿Por qué no empezamos de nuevo y le llamamos a todo esto Literatura del desierto? Tengo la sospecha de que si dejamos que escritores notabilísimos como Cristina Rivera-Garza, Eduardo Antonio Parra, Juan José Rodríguez o David Toscana –por hablar sólo de los de mi generación— se sigan definiendo con respecto al Centro, nunca vamos a tener una industria editorial nacional con sedes en Monterrey, Tijuana o Torreón, ciudades con la potencia económica y población suficientes para sostener empresas culturales no sólo regionales.

3. Yo estoy por usar trajes de buzo en el desierto
El neopreno fue un inventazo: una fibra que permite el paso del agua hasta que se satura. Cuando un buzo entra al mar, el neopreno deja pasar unos cinco milímetros del líquido y luego se cierra. El calor del cuerpo se transmite a esa capa de agua, que se convierte en un aislante perfecto.

Un buzo , en realidad, no nada precisamente en el mar o no en todo el mar, sino en uno de cinco milímetros de profundidad perfectamente acoplado al volumen de su cuerpo. La inmensidad es una fantasía que es mejor visitar desde un yo herméticamente cerrado que trata de llevar con dignidad su nombre.
En uno de los ensayos contenidos en Las puertas de la media noche, el poeta chino Bei Dao se describe a sí mismo buceando en la caja en la que guarda las tarjetas de presentación que ha ido acumulando en su largo exilio occidental –está proscrito en China desde 1989. De todas las tarjetas que encuentra –algunas enigmaticas, otras totalmente prescindibles, la mayoría tal vez ya inútiles—aquella de la que le interesa hablar pertenece a un poeta danés que ya ha muerto. Dice sobre el asunto, con los aires líricos propios de su oficio: “Tarde o temprano, todos nos tenderemos que retirar de detrás de nuestros nombres”.

Para Bei Dao, que ve las cosas al revés no sé si por poeta o por chino, nuestro nombre es, nosotros nada más vamos pasando, lo habitamos temporalmente como un cuarto de hotel cuya cifra se queda atrás ya que pagamos la cuenta.

Creo que lo que me impresionó de esta imagen es la humildad que supone: nuestro nombre es el neopreno que nos permite flotar en cinco milímetros de océano. Reconocer así nada más, entre una frase y otra, que un yo sirve apenas para soportar un nombre, es poner las cosas en su grado cero: moralizar en el mejor sentido de la palabra.

Yo es un registro, la tarjeta de presentación su mejor opción de supervivencia. Tal vez los libros sean solamente sucedáneos de esas tarjetas de presentación que hablarán de nosotros cuando ya hayamos sido lo que estábamos hadados a ser en tanto portadores un nombre, y nuestra biblioteca no sea más que un estorboso directorio.

Nada de arte por favor, y menos arte por alguna causa, incluido el arte; nada de grandes espíritus definiendo grandes misterios; nada total, por el amor de Dios. Sólo registros y de cinco milímetros de profundidad volumétrica: toda una persona, pero nada más. Su tarjeta de presentación.

José Emilio Pacheco dice que si seguimos leyendo novelas a pesar de la televisión y el cine, de internet y el coche, del diseño como forma de vida, es porque sigue siendo nuestra mejor posibilidad de situarnos completamente en el otro.

Tal vez los críticos dieciochescos –y en España y América Latina, tristemente, decimonónicos—que encontraban en la lectura de novelas una pura y peligrosa degradación –la sustitución de la vida por la representación de la vida en sus casos más extremos—estaban en lo cierto: una literatura es una paciente acumulación de registros vida por vida, la memoria de otros que nos van civilizando. Un lector es un humanista en el sentido más literal y duro de la palabra: el portador de la memoria de una suma de humanidades, un visitante de océanos de cinco milímetros de profundidad pero todo un ser –un nombre-- de volumen.

En su novela Las puertas del reino, Héctor Toledano cuenta el último año de vida de un viejo que sobrevivió a la catástrofe de los modelos nacionales en la ciudad de México. Algo vagamente identificado como “la violencia” acabó con todo, y el Distrito Federal --el mar en que veinte millones de cabrones portan como pueden su nombre y su traje de buzo—volvió a su condición lacustre.

En uno de los momentos más ardorosamente líricos de la novela, el viejo recorre la ciudad a diez o quince metros del suelo, en chalupa. Abajo quedaron los registros de todos sus muertos y lo único que puede ver es el infinito de azoteas albeando en el agua como un cementerio de tarjetas de presentación.

Cuando leí la novela de Toledano en manuscrito, ambos vivíamos en Washington DC como los sobrevivientes de un naufragio mexicano. Tuve la fantasía de que Aurelio, el viejo que navega sobre lo que alguna vez fue la colonia Narvarte, hiciera un poco de buceo. Lo que yo quería era ver bajo el agua las calles del barrio al que mi mujer y yo nos mudamos cuando empezamos a vivir juntos. Quería ver la calle de Enrique Rébsamen con sus coches estacionados, sus postes de luz, sus fondas y carnicerías detenidos en la gelatina del tiempo, como una fotografía en la que el movimiento lo proveen sólo las truchas, las tortugas, los ajolotes, las antenas --¿se llamarán antenas?—de los langostinos.

Los mejores registros literarios de la zona del desierto en México son buenas, precisamente, porque no pretenden nada más que ser la gelatina a la que uno puede entrar con sus cinco milímetros de mundo y su nombre. Uno remueve su directorio de tarjetas, elige una, se agita la corriente y se mueven las páginas. Pasan los ajolotes perseguidos por las truchas. Los langostinos mueven las antenas entre las algas. Pienso en la soledad ultradestructiva de los personajes de Cristina Rivera-Garza, que no pueden hablar más que solos y, trágicamente, no son locos; en los cholos que son puro lenguaje de Luis Humberto Crostwhite –tal vez mi favorito--; en la imaginación al mismo tiempo precisa y desbordada de Juan José Rodríguez –el escritor más dotado de mi generación para levantar mundos afincados en tiempos distintos a éste--; en las calles nocturnas cuyo vacío es la paz que contiene la tormenta en los cuentos de Eduardo Antonio Parra; en los campos de béisbol en que la pelota se queda suspendida en la plata del aire de Daniel Sada; en el transtorno de los guerrilleros en retiro de Élmer Mendoza; en ese fondo de mar que es la cantina de Lontananza inventada por Toscana: un punto minúsculo del universo en el que se mueve el universo entero. Ese es, creo, el elogio más alto que puedo conceder: lo que me gustaría que alguien diga algún día de mi propio trabajo.

¿Cuándo leemos literatura realmente estamos buscando definiciones del alma regional? ¿La literatura del desierto como un fenóimeno específico? ¿El espíritu de un tiempo? Creo que no. Todo el mundo tiene derecho, por supuesto, a su enfermedad mental, a su mal humor, a su cursilería, pero la asunción de la identidad mexicana como responsabilidad literaria impuesta por el mercado y el centro tiene que ser removida ya, a riesgo de que los trajes de buzo, las tarjetas de presentación, se conviertan en trade marks y los autores en personas que tienen que retratarlo todo y de preferencia en marmol.

Muchas gracias.

Concluye el IV Festival de la Literatura del Noroeste.


Gracias a todos los escritores y los institutos de cada una de sus entidades que hicieron posible este encuentro, esta unión de posturas, letras y formas de creación distintas; pero también de nuevos vínculos, amigos y proyectos en común que seguramente serán muy buenos.

El CECUT a través de Letrad@s les reitera el gusto de poder contar con ustedes y la renovación de fuerzas para consolidar este Festival en los años venideros.

Programa de Actividades del Festival

Los textos del Festival

Fotos del Festival


Convocatoria Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras 2006


COMUNICADO DE PRENSA

(3)
3 de noviembre del 2006

* Lanzamiento de la convocatoria de la emisión 2006 del Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras/Border of words.

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Centro Cultural Tijuana y el Programa Cultural Tierra Adentro, extiende la invitación a participar en la edición 2006 del Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras/Border of words, teniendo como fecha límite de recepción de trabajos el 23 de febrero de 2007.

El Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras/Border of Words, es una iniciativa cultural dirigida a escritores mexicanos de hasta 35 años, que residen en los estados fronterizos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León y en entidades de la Unión Americana como California, Texas, Arizona y Nuevo México.

En años anteriores han ganado este premio Isabel Velázquez, originaria de Ensenada, Baja California y residente de Nuevo México; Jesús Alvarado, originario de Durango y residente de Nuevo México; Yuri Herrera, originario de Pachuca, Hidalgo y residente de San Francisco, Estados Unidos, Moisés Zamora, originario de Zapopan, Jalisco y residente en la Ciudad de Los Ángeles California, y recientemente César Silva Márquez, originario de Ciudad Juárez, Chihuahua.

Podrán participar las escritoras y los escritores mexicanos que residan en los estados fronterizos de México (Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León), y de Estados Unidos (California, Texas, Arizona y Nuevo México), de hasta treinta y cinco años de edad al cierre de la convocatoria.

El participante deberá enviar una novela inédita, en español, con tema y forma libres, con una extensión mínima de 80 (ochenta) cuartillas y una máxima de 150 (ciento cincuenta). Los trabajos deberán presentarse por cuadruplicado, escritos en computadora, a espacio y medio, con fuente arial, a once puntos, en papel tamaño carta y por una sola cara y firmados con seudónimo.

La fecha límite de recepción de trabajos es el viernes 23 de febrero de 2007. El jurado calificador estará integrado por especialistas en la disciplina literaria y sus nombres serán dados a conocer en el momento de emitirse el fallo. El resultado del fallo del jurado será dado a conocer a través de periódicos de circulación nacional y local en abril de 2007.

Se entregará un premio único e indivisible de $ 50,000.00 (cincuenta mil pesos 00/100 m.n.) en efectivo y diploma, así como la publicación del libro en el Fondo Editorial Tierra Adentro. El ganador, o ganadora, cede los derechos de su obra al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para la primera edición.

El Centro Cultural Tijuana invita a los escritores fronterizos a participar en este importante concurso literario, un esfuerzo por continuar con el desarrollo profesional de artistas y creadores de la región bajo las premisas de participación democrática, equidad de oportunidades y paridad en la selección de proyectos.

Para mayor información comunicarse a Extensión Cultural del Centro Cultural Tijuana al tel. 01 (664) 687 96 49, klmartinez@cecut.gob.mx, y a Programa Cultural Tierra Adentro a los tels. 01 (55) 1253 9946, 1253 9895, eleon@correo.conaculta.gob.mx. Puede consultar las bases de esta convocatoria en www.cecut.gob.mx

13 noviembre, 2006

IV Festival de Literatura del Noroeste


PROGRAMA DE ACTIVIDADES
IV Festival de la Literatura del Noroeste. Trasladando Fronteras. Fusión de Realidades
Invitado: Noreste


08 de noviembre
07:00 p. m.Coctel de bienvenida de escritores de distintas sedes.
Acanto y laurel
ICBC
Entrada libre
 
09 de noviembre
11:30 a.m.Inauguración del IV Festival.
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
12:00 p.m.Fusión de realidades. Sesión 1
María Antonieta Mendívil (Sonora), Pedro López Solís (Tijuana), César López Cuadras (Sinaloa), Carlos Sarabia (Tijuana), José Javier Villarreal (Nuevo León), Carlos Adolfo Gutiérrez V. (Mexicali) y Emma Campaña (Sinaloa)
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
04:30 p. m.La Historia de la literatura de la región Noreste y Noroeste.
Gabriel Trujillo (Mexicali), Víctor Soto Ferrel (Tijuana), Eve Gil (Sonora), Adolfo Morales (Tijuana), Martha Piña (B.C.S.), Gilberto Ibarra Rivera (B. C. S.), Vicente Alonso (Coahuila)
Sala Audiovisual de la Escuela de Humanidades
Entrada libre
04:00 p. m.La literatura del Norte y sus proyectos independientes
Existir (Tijuana) – La Línea (Tijuana-San Diego), Acanto y laurel (Tijuana), Espiral.org (Tijuana)
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
05:30 p. m.Fusión de realidades. Sesión 2
Paty Blake (Tijuana),Carlos Adolfo Gutiérrez V. (Mexicali), Carlos Reyes (Coahuila), Pepe Vázquez (Tijuana), Carlos Sánchez (Sonora), Emma Campaña (Sinaloa), Julio César Félix (Coahuila), Pedro Solis (Tijuana) y César Lopez Cuadras (Sinaloa)
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
06:00 p. m.Contiene escenas de ficción explícita
José Juan Aboytia
Sala Audiovisual de la Escuela de Humanidades
Entrada libre
07:30 p. m.Presentación de la novela: Cóbraselo caro
Mtro. Elmer Mendoza
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
09:00 p. m.Conclusiones del día.
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
 
10 de noviembre
12:00 p. m.Fusión de realidades. Sesión 3
Gilberto Lastra Guerrero (Durango), Jesús Marín (Durango), Marcos García (Tijuana), Javier González (Tijuana), José Juan Aboytia (Mexicali), y Nohemí Sosa (Tamaulipas)
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
04:00 p. m.Fusión de realidades. Sesión 4
Aurely Monraz (Tijuana), Sergio Cordero (Nuevo León), José Luis Barragán (Sonora), Vianka Santana (Tijuana), Lucila Yépez (Nuevo León) y Javier Guerra (Tijuana)
Sala Audiovisual de la Escuela de Humanidades
Entrada libre
04:00 p. m.Las inexistentes fronteras de la literatura actual: El norte ¿un “novedoso” compromiso de escritura en México?
Diana Palaversich y Álvaro Enrigue
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
05:30 p. m.Fusión de realidades. Sesión 5
Gerardo G. Michel (Tijuana), Minerva Reynosa (Nuevo León), Manuel Llanes (Sonora), Mayra Luna (Tijuana), Jesús De León (Coahuila), Amaranta Caballero (Tijuana) y Alejandro Espinoza (Mexicali)
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
06:00 p. m.Presentación del libro: La puerta entreabierta
Miguel Alberto Espinoza
Biblioteca Municipal Benito Juárez
Entrada libre
07:30 p. m.Presentación de la novela: La duración de los empeños simples.
Mtro. Daniel Sada
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
09:00 p. m.Conclusiones del día.
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
 
11 de noviembre
12:00 p. m.La Crítica y el ensayo de la literatura del Noroeste y Noreste.
Irad Nieto (Sinaloa), Rubén Rivera Calderón (B. C. S.), Dante Salgado (B.C.S.), Pepe Rojo (Tijuana), Jungwon Park (Tijuana) y Lidia Acevedo (Durango)
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
1:00 p. m.Fusión de realidades. Sesión 6.
Roberto Navarro (Tijuana), Juan José Rodríguez (Sinaloa), José García Burgoin (B. C. S.), Gilberto Lastra (Durango), Ignacio López (Tijuana), Marcos García (Tijuana), Alejandro Espinoza (Mexicali) y Minerva Reynosa (Nuevo León)
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
04:00 p. m.Fusión de realidades. Sesión 7
Elizabeth Cazessús (Tijuana), José Manuel Di Bella (Mexicali), Hugo Medina (Sonora), Ariel Noriega (B. C. S.), Lucy Villa (Tijuana), Horacio Ortiz Villacorta (Tijuana), Carlos Reyes (Coahuila), Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal (Mexicali) y Abraham Ornelas (Mexicali)
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
05:30 p. m.Fusión de realidades. Sesión 8
Saul García A. (Durango), Mariana Martínez (Tijuana), Raúl Manríquez (Chihuahua), Omar Pimienta (Tijuana), Miguel Espinoza (Sinaloa), Gabriela Torres (Nuevo León) y Rafa Saavedra (Tijuana)
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre
07:30 p. m.Presentación de conferencia magistral.
Mtro. Eduardo Antonio Parra
Sala de Usos Múltiples
Entrada libre